Desde el inicio de la actual crisis económica, los Gobiernos (el anterior que se llamaba a sí mismo “socialista” y el actual que dice ser “popular”) se han hartado de mentirnos asegurándonos que solamente las cajas de ahorros tenían problemas de liquidez y que, en ningún caso, afectaban estos a los bancos.
Sin embargo, los datos son extremadamente claros: El sistema en su conjunto tiene gravísimos problemas y dentro del mismo hay entidades en mejor situación relativa que otras pero no depende de su forma jurídica sino de su gestión financiera del riesgo. Hay cajas de ahorro en mucha mejor posición de solvencia que los bancos (Caixa, Unicaja o las cajas vascas). Las cifras de morosidad de bancos y cajas de ahorro y su exposición al negocio inmobiliario han sido similares.
De esa premisa equivocada se deriva la obligatoriedad legal de que traspasen su negocio financiero a bancos lo que conllevará en la práctica su desaparición. Aunque no podemos dejar de criticar la gestión que durante esta última década se ha hecho desde las cajas de ahorro, no podemos olvidar que en este período más de 13 mil millones de euros de sus beneficios se han destinado a sus respectivas obras sociales.
Nada de eso se ha tenido en cuenta a la hora de reestructurar el sector financiero. Al contrario, se ha puesto en marcha otra forma más de redistribuir riqueza pero no hacia los que menos tienen sino precisamente en sentido contrario.
Plataforma por la Nacionalización de las Cajas de Ahorro
